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Lo bendito del maldito Rock

  • Kenia Morales
  • 19 dic 2017
  • 2 Min. de lectura

En el auge de la década de los 60´s bajo un contexto de oposición a lo establecido el Rock Psicodélico se introdujo con letras que invitaban a la libertad, rebeldía y cuestionamiento por medio de las voces de sus embajadores: Jimi Hendrix, The Doors, Janis Joplin y The Rolling Stones; quienes rompían normas y formas llevando sus vidas al límite, lo cual incomodaba a la sociedad conservadora de la época, toda vez que el sonido del rock se refinaba con solos de guitarra y riffs que son esos acompañamientos profundos, atmosféricos, estridentes y enérgicos que abrazan las voces graves de los interpretes, lo cual algunos tacharon de ser música maldita.

En base a lo anterior un claro ejemplo es In-A- Gadda-Da- Vida, de la agrupación Iron Butterfly, la canción más larga de la historia por su duración de diez y siete minutos con un riff de guitarra y bajo sostenido que es seguido por un solo de batería, mismo que marcó un parteaguas por el equilibrio de su sonido, así está pieza en su conjunto es considerada el antecedente del Hevy Metal.

Una vez entrado el año de 1968 la satanización al rock se manifestó con las llamadas majestades satánicas, The Rolling Stones y su canción Sympathy for the Devil, en la que con una seductora combinación de percusiones, guitarras, maracas y piano conducen la voz de Mick Jagger en crescendo para presentarnos en un pasaje de sucesos históricos un personaje anónimo antagónico, dando paso al solo de guitarra de Richards que llega al clímax con un riff que arropa los constantes coros revelando a nuestro personaje oculto; satán, ofreciéndonos una pieza de rock altamente exquisita en su sonido y perfecta en la mística de su fusión. De forma que esté audio despertó nuevas emociones en los escuchas de la época que pregonaban hacer el amor y no la guerra, lo que incrementó la satanización de la música por incitar a las pasiones.

A causa de, para la década de los setenta y ochenta la maldición se mantuvo como una sombra para el Hard Rock y Heavy Metal y los persiguió hasta la década de los noventa en que se mantenían algunos dichos de la música maldita, como el que al escuchar un vinil en sentido opuesto, se percibían cantos diabólicos y mefistofélicos o que vocalistas como Ozzy Osbourne y Marilyn Manson descuartizaban y se alimentaban de animales sobre el escenario en ritos satánicos, a lo cual no existe ningún registro, así que solo sumarón al mito. Remitiéndome a mi experiencia personal en un concierto de Manson en la Ciudad de México al salir el taxista me preguntó si era cierto que mataba animales sobre el escenario, a lo cual respondí que había asistido a un energetizado concierto de rock, no a una de las tantas peleas clandestinas de animales que se celebran.

Así entre mitos y leyendas urbanas se ha maldecido hasta satanizar al rock duro, no por su contenido, básicamente por las reacciones que desencadena; pues recordemos

que el rock es impredecible, a causa de que en su búsqueda de sonidos encuentra, despierta y exorciza hasta penetrar nuevas emociones en los escuchas.

@KeniaMetztli

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